SANTO DOMINGO.- Después de haber entregado once años al atletismo dominicano, Natalia Korotoeva llora hoy lágrimas de impotencia, porque está sola y está a merced de 4,500 pesos que le paga la Marina de Guerra.
Después de conducir varios atletas por la senda del éxito, con Juana Arrendell como principal prenda que exhibir, Natalia, de nacionalidad rusa, no puede ni siquiera pensar en un regreso a su patria, porque no tiene con qué y allí tendría que iniciar carrera nuevamente.
Natalia trabajó bajo contrato (1,500 dólares mensuales) por varios años, pero según cuenta, luego de los Juegos Panamericanos fue cesanteada sorpresivamente, a pesar de haber conseguido un buen resultado. En esa oportunidad condujo a Arrendell a conquistar medalla de oro.
“Sólo quiero que me den trabajo para poder vivir...., he perdido la oportunidad de obtener una pensión en Rusia”, repetía entre sollozos Korotoeva, quien tiene una hija, Anastasia Korotoeva, de 23 años y quien estudia mercadeo en la Pontoficia Universidad Católica Madre y Maestra.
El drama que vive Korotoeva es difícil y su situación empeora conforme pasan los días, porque la Federación de Atletismo la ha conminado a abandonar su alojamiento que desde hace años se les proporciona en la Villa Olímpica de las Américas. (Fuente).
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