El árbol Neem (azadirachta Juss). Se le describe como perteneciente a la familia Meliaceae, pariente cercano de la caoba y se precisa que es procedente de la India, en donde desde tiempos inmemoriales se le llama "cinamomo". Cariñosamente se le dice "la botica del pueblo" por poseer propiedades medicinales.
Sus propiedades terapéuticas son numerosas y se conocen desde épocas remotas. Mucho antes de que la civilización occidental descubriera las cualidades analgésicas del árbol del sauce, del que proviene la aspirina, los fitoterapeutas de la India antigua ya habían documentado, en las escrituras sánscritas más tempranas, las aplicaciones del árbol de Neem.
Es un arbusto silvestre que se consigue muy fácilmente en las zonas públicas, en diferentes barrios y sectores de nuestras ciudades, y en Santo Domingo específicamente, en la Zona Universitaria, en las calles del ensanche Luperón, en el Parque Mirador Norte, y en Gazcue, entre otros. Esto nos dice que su uso directo resulta generalmente a un costo muy bajo o mejor dicho casi gratuito.
Del Neem podemos aprovechar todas sus partes. La corteza, la raíz, la fruta, la flor y las hojas, pueden ser utilizadas tanto de forma separada como combinada. Aunque muy amargo al gusto, tiene una amplia gama de acción. El Neem es excepcional en la cura de enfermedades de la sangre, ya que se usa para purificar la linfa, eliminar toxinas, previniendo y neutralizando el daño causado por los radicales libres en el cuerpo. Se usa además para tratar la mordedura de serpientes y las picaduras de insectos. También es útil como refrigerante para el exceso del calor, cura las heridas y todo tipo de enfermedades de la piel.
Refieren especialistas en la materia que ese árbol, es una fuente natural de vitaminas, minerales y proteínas. Su uso, de manera apropiada, ha demostrado ser efectivo en los casos de: psoriasis, diabetes, sida, cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades periodentales, úlceras, parásitos intestinales, cándida y otras infecciones, malaria y control de natalidad, entre otros”.
Es efectivo para contrarrestar los mosquitos y las plagas de manera natural y práctica. Las hojas, en infusión o en zumo, se aplican con un atomizador en el ambiente, lo cual permite evitar los efectos secundarios de los insecticidas comerciales. En ese mismo sentido, la tintura, las hojas frotadas en la piel, o el aceite diluido en un porcentaje del 20% en cutis y cuerpo, se utilizan como repelentes para alejar estos insectos. (Fuente).
Sus propiedades terapéuticas son numerosas y se conocen desde épocas remotas. Mucho antes de que la civilización occidental descubriera las cualidades analgésicas del árbol del sauce, del que proviene la aspirina, los fitoterapeutas de la India antigua ya habían documentado, en las escrituras sánscritas más tempranas, las aplicaciones del árbol de Neem.
Es un arbusto silvestre que se consigue muy fácilmente en las zonas públicas, en diferentes barrios y sectores de nuestras ciudades, y en Santo Domingo específicamente, en la Zona Universitaria, en las calles del ensanche Luperón, en el Parque Mirador Norte, y en Gazcue, entre otros. Esto nos dice que su uso directo resulta generalmente a un costo muy bajo o mejor dicho casi gratuito.
Del Neem podemos aprovechar todas sus partes. La corteza, la raíz, la fruta, la flor y las hojas, pueden ser utilizadas tanto de forma separada como combinada. Aunque muy amargo al gusto, tiene una amplia gama de acción. El Neem es excepcional en la cura de enfermedades de la sangre, ya que se usa para purificar la linfa, eliminar toxinas, previniendo y neutralizando el daño causado por los radicales libres en el cuerpo. Se usa además para tratar la mordedura de serpientes y las picaduras de insectos. También es útil como refrigerante para el exceso del calor, cura las heridas y todo tipo de enfermedades de la piel.
Refieren especialistas en la materia que ese árbol, es una fuente natural de vitaminas, minerales y proteínas. Su uso, de manera apropiada, ha demostrado ser efectivo en los casos de: psoriasis, diabetes, sida, cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades periodentales, úlceras, parásitos intestinales, cándida y otras infecciones, malaria y control de natalidad, entre otros”.
Es efectivo para contrarrestar los mosquitos y las plagas de manera natural y práctica. Las hojas, en infusión o en zumo, se aplican con un atomizador en el ambiente, lo cual permite evitar los efectos secundarios de los insecticidas comerciales. En ese mismo sentido, la tintura, las hojas frotadas en la piel, o el aceite diluido en un porcentaje del 20% en cutis y cuerpo, se utilizan como repelentes para alejar estos insectos. (Fuente).
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