Por Robert Linarez. En la República Dominicana como en todos los países, ha existido por los siglos de los siglos: mitos, creencias y supersticiones que han ido de la mano con la cultura de nuestros pueblos, ciudades y campos. Aunque la mayoría de estas cosas, no se han podido comprobar científicamente, han sido objeto de mucho respeto y de grandes investigaciones sociológicas, antropológicas, religiosas, entre otras.
No obstante, eso es lo que hemos hecho aquí, investigar de manera exhaustiva, con profesionales, personas mayores y especialistas en la materia, cada uno de estos términos que aparecen a continuación:
- Vacá : Se dice que son espíritu adquiridos por personas regularmente adineradas o dueños de propiedades, en centros de misterio o espiritistas, a través de un pacto; cuya misión principal de ese fenómeno, es cuidar la propiedad del dueño y/o los intereses de éste de una manera celosa. Refieren los expertos, que lo hace de forma discreta "invisible", o convertido en un animal o cosa, alejando a todo aquel que atente en contra de estos bienes. Según se dice en los pueblos, hay casas, empresas y propiedades, donde todos los años, muere de manera extraña y misteriosa un empleado, entonces popularmente se dice: "ese señor tiene un vacá".
- Galipote: Se dice que son personas que tienen "trucos" y poderes sobrenaturales, asustando muchísimo a todo aquel que lo ve, ese individuo, el cual ha hecho pactos misteriosos de forma directa y personal con lo "malo", por lo da explicación a dicho poderes extraordinarios que posee. Dicen que pueden convertirse en animal u otra cosa, cambiando de tamaño, de tipo y hasta de forma.
- Zángano: Se dice de personas que son poseídas por seres y espíritu y que tienen gran facilidad de trasladarse de un lugar a otro de mucha distancia sin mayores esfuerzo; estos también han de realizar un pacto misterioso.
- Cuco: Fenómeno desconocido que producía gran pánico o susto, especialmente en los niños, "imagen ficticia bastante fea". Anteriormente cuando un niño se portaba mal y los mayores les decían: Ahí viene el cuco, ese muchacho de inmediato cambiaba de comportamiento y se portaba bien.
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