
El tomate es de origen americano y es oficialmente una planta rastrera que crecía silvestre en los Andes. El tomate primitivo era mucho más pequeño que el que conocemos hoy día y lo más probable es que, en aquel entonces, se consumiera como fruta y en temporada. El tomate aparece en platos de todos los calibres; dulces o salados, fríos o calientes, sólidos, líquidos o indeterminados; como ingrediente principal, o como parte de la salsa. Desde el ketchup hasta el Bloody Mary…
El tomate pertenece a la familia de las solanáceas, la cual comprende unas 2300 especies. La planta del tomate es una enredadera rastrera y el tomate que consumimos es la fruta de dicha planta.
Cuando vaya a comprar tomates, espere a que bajen de precio. Pensé que me iba a dar un ataque cuando verifiqué el precio del último paquete. Para no perder la costumbre, tomé tres en lugar de 6 y me agencié un paquete de tomates "Barceló" para los indispensables sofritos. Cuando verifiqué el resto de la compra, me devolví y completé el paquete. Sabía que les iba a dar uso. Escoja tomates de consistencia firme, con la piel lisa y suave al tacto, sin partes blandas ni manchas. Cómprelos maduros si los va a consumir inmediatamente o ligeramente verdes si piensa usarlos más tarde.
Para pelar un tomate: sumérjalo un minuto en agua caliente, lo que ayuda a desprender fácilmente la piel. Muchas recetas requieren usar el tomate sin semilla; córtelos por la mitad o en cuartos y retírelas con una cuchara. Recuerde que: Para preparar salsas, es mejor cortar el tomate en cubos pequeños y que la cocción a fuego vivo hace que la salsa de tomate indigeste. Si añade una pizca de azúcar, reduce el nivel de acidez.
El tomate tiene poco valor energético: dos unidades medianas aportan unas 22 calorías. 95% de su peso es agua y cerca del 4% son carbohidratos. Es fuente importante de potasio y magnesio. De su contenido en vitaminas, se destacan la B1, B2, B5, vitamina C y carotenoides, que aportan gran valor antioxidante.
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